Conocí a unas chicas vascas, las cuales me invitaron a ir a la playa, a lo cual yo me negué diciendo que fuéramos a otro lado mejor, con esto me estaba comprometiendo a llevarlas a un lugar que las dejara boquiabiertas, después de pensarlo un poco decidí cual sería nuestra aventura. El tour constaría de una visita al refugio del quetzal en San Marcos y luego visitar las magnificas cascadas de la Igualdad en San Pablo, San Marcos.
Iniciamos la aventura saliendo de Quetzaltenango a eso de las 8;00am después de un rico desayuno en Xelapan. Tardamos más o menos 1.5 horas en llegar al refugio del Quetzal ubicado en San Rafael Pie de la Cuesta, un lugar de clima fresco perfecto para caminar. Consultamos con el encargado del lugar la posibilidad de ver al ave nacional y su respuesta fue un tanto negativa, pues no estábamos visitando en la fecha más adecuada. A pesar de las explicaciones del guía local, iniciamos la caminata en completo silencio ya que teníamos la esperanza de poder ver a la hermosa ave. Después de varios minutos de caminar y no tener señales del quetzal, nos resignamos y decidimos disfrutar del resto de bellezas que nos brindaba este lugar como lo son el río, las pequeñas cataratas y la diversidad de flora.
A demás había un puente colgante para cruzar por encima del río, el cual estaba a unos cuatro metros sobre el agua. Un poco escalofriante para los que padecen de vértigo, pero un buen lugar para las fotos. Después de apreciar el lugar y sacar algunas fotografías, procedimos a hacer la caminata de regreso al parqueo para abordar los carros y continuar con la aventura.
Continuamos sobre la misma ruta, ahora con destino a San Pablo. Llegamos como en 30 minutos al centro del municipio y preguntamos por la ruta para la comunidad de la Igualdad. Fue un largo camino, no por la distancia, si no, por el tipo de superficie de piedra que nos impedía avanzar a buena velocidad. Al final llegamos al final del camino, donde debíamos dejar los vehículos y comenzar a caminar.
Pagamos la cuota personal y caminamos por la vereda que atravieza los cafetáles. Luego de unos 15 minutos de caminata encontramos unas piscinas de aguas termales, las cuales son parte del atractivo de este destino turistico, continuamos la caminata hacia las cascadas por unos diez minutos más. Al final de la vereda te topas con un gran paredón de más de 200 metros de altura. Es como un callejón, cuya única salida es la vereda por donde llegamos que avanza al lado del río.
Lo más llamativo del lugar es la caida de agua que es inmensa. Según los guías locales, esta tiene unos 204 metros de altura, aunque no está verificado por las autoridades. El agua al momento de caer desplaza el aire, creando vientos con briza fría que te bañan mientras te acercas.
Pagamos la cuota personal y caminamos por la vereda que atravieza los cafetáles. Luego de unos 15 minutos de caminata encontramos unas piscinas de aguas termales, las cuales son parte del atractivo de este destino turistico, continuamos la caminata hacia las cascadas por unos diez minutos más. Al final de la vereda te topas con un gran paredón de más de 200 metros de altura. Es como un callejón, cuya única salida es la vereda por donde llegamos que avanza al lado del río.
Lo más llamativo del lugar es la caida de agua que es inmensa. Según los guías locales, esta tiene unos 204 metros de altura, aunque no está verificado por las autoridades. El agua al momento de caer desplaza el aire, creando vientos con briza fría que te bañan mientras te acercas.
No pudimos resistirnos, y a pesar del frio nos lanzamos al agua. Iniciaron los retos para que alguien atravezara la cortina de agua, hasta que uno por uno todos la atravezamos. Un tanto doloroso el baño en las cascadas, pues cada metro que el agua avanzaba, ganaba más fuerza.
Después del frío baño en las cascadas, nos dirigimos hacia las piscinas de aguas termales que habías visto antes. Fue casi orgásmico el momento en el que entramos al agua caliente llena de azufre. Disfrutamos el baño por varios minutos, hasta que comenzó a lloviznar y nos dimos cuenta de la hora.
Nos cambiamos y emprendimos el viaje de vuelta a nuestra amada Xelajú.
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